Escaleras, resbalones, tacones, carreras inadecuadas, pisadas en algún agujero que no hemos visto
¿Quién no ha sufrido esto alguna vez? Pues sí, a cualquiera de nosotros nos habrá pasado esto, el maravilloso esguince de tobillo, ese que parece que no es nada pero que durante algún tiempo nos da la lata y es cuando nos acordamos de hacer una visitilla a nuestro fisioterapeuta.
Pues bien, ahí radica en gran acierto el recuperar bien un tobillo y no quedarnos con un tobillo inestable y con todas las secuelas que puede acarrear. Muchos de mis pacientes, me refieren dolores después de haber pasado dos o más años desde la lesión, por ello en muchas de mis valoraciones iniciales siempre reviso a nuestros maravillosos pies.
Un esguince es una lesión ligamentosa provocada por un excesivo estiramiento que puede venir acompañada con hematoma e inflamación por la rotura de capilares y vasos sanguíneos.
Suele provocarse por el exceso de solicitación de movimiento de dicha articulación, por un movimiento que salga del rango articular o bien por un traumatismo estilo patada o por una caída brusca.
Se suelen clasificar en tres tipos de grados.
Grado I: Sólo se provoca una distensión del ligamento no llega a haber rotura ni desgarro, es el más leve y por lo general suele ser el más común.
Grado II: Suele existir un ligero desgarro a nivel del ligamento, de ahí que se puedan clasificar en leves los que sólo provocan ese pequeño desgarro y los moderados aquellos que pueden acompañarse de rotura ósea.
Grado III: Rotura del ligamento con fractura ósea o no. Este es el más grave y requiere tratamiento quirúrgico para unir de nuevo el tendón.
Para valorar todo esto, es muy importante conocer por una parte la fisiología de cómo se produjo el esguince y sobre todo para saber si es necesario derivar al paciente al servicio de traumatología. Para ello se utiliza las Reglas de Ottawa tobillo las cuales se evidencia con diferentes palpaciones.
De todos modos descartando el grado III que realmente la fisioterapia poco puede hacer en sus primeros estadios ya que tiene que ser operado, en el resto si podemos ayudar y muy mucho.
Para ello siempre, siempre y me repito siempre ante un esguince acordaos de la regla del RICE
R: reposo y pudiendo ser elevando el pie para así ayudar al drenaje del edema y a que el pie no se hinche.
I: hielo inmediatamente después, para aliviar el dolor y dismuir la inflamación. No sobrepasar más de 10 min y siempre con algún tipo de protección.
C: compresión, en esguinces leves con el uso de tobilleras o un vendaje, se utilizaría para dar un soporte al tobillo. Nunca sería conveniente que la compresión fuese muy fuerte ya que podría provocar la disminución del riego sanguíneo.
E: Elevación para aliviar la inflamación y ayudar al retorno venoso.
En el siguiente post trataremos tipos de ejercicios para poder fortalecer el tobillo tras un esguince.
Como siempre os comento ante cualquier pregunta no dudéis en preguntarme podéis hacerlo por mail a info@innovafisioterapia.com o bien en el teléfono del centro 986110336